refrescos

Los refrescos son uno de los productos de alimentación y bebidas en los que más gastan los hogares españoles. Desde que se crearan hace más de un siglo como un brebaje contra diferentes dolencias, los refrescos se han ido convirtiendo

en un asiduo de la cesta de la compra, hasta el punto de que dos de las principales compañías del sector, The Coca-Cola Company y PepsiCo., son además dos de las empresas más importantes a nivel mundial.

Bien es cierto que en los últimos tiempos los refrescos han estado rodeados de cierta polémica, sobre todo tras los problemas en los que se ha visto envuelta Coca-Cola. Sin embargo, desde hace tiempo los refrescos han tenido que exponerse a una serie de falacias que poco o nada tienen de verdad. ¿Cuáles son?

Los refrescos son malos para la salud

No es cierto. Los refrescos no son malos para la salud, es su ingesta desproporcionada la que puede producir este efecto negativo. En este caso los refrescos no son una excepción a muchísimos otros productos. Por citar algunos ejemplo, si comes mucha carne roja tienes más opciones de tener problemas en el colon o si comes muchos helados se te podría irritar la garganta.

Los refrescos engordan

Esta afirmación, que se usa de arma arrojadiza hacia los refrescos, es verdad pero solo hasta cierto punto. Existen numerosas variedades de refrescos saludables y que apenas engordan. Por otra parte la clave, como siempre, es consumirlos con mesura.

Los refrescos no aportan ningún beneficio

Falso. Muchos refrescos ayudan a hidratarse y reponer líquidos y azúcares tras un ejercicio físico intenso o en momentos en que nuestro cuerpo necesita líquido. Muchos de ellos incorporan nutrientes importantes para nuestra salud.

Los refrescos enganchan

En este caso depende de cada persona y, aunque sí existen casos de gente que bebe demasiados refrescos, está en la mano del propio consumidor el mantener y fomentar un consumo responsable.

Los refrescos no refrescan

Seamos sinceros, no hay nada tan refrescante como un buen trago del líquido elemento. Sin embargo, algunas veces nos apetece refrescarnos y a la vez disfrutar de alguno de nuestros sabores favoritos y, en este caso, los refrescos cumplen a la perfección con su objetivo de refrescar y resultar agradables al paladar.

Por supuesto, habrá quien piense de forma mucho más radical (tanto a favor como en contra de los refrescos). En nuestro caso confiamos en la propia inteligencia del consumidor y su capacidad para ejercer un consumo responsable.