Las comercializadoras de luz y gas que ofertan tarifas planas, arreglan las cuentas con sus clientes a final de año. A los que han pagado dinero de más a lo largo de los doce meses les corresponde ahora la devolución, lo que puede hacer que tengan una falsa sensación de euforia que les haga pensar que pueden gastar lo que quieran, ya que no llegan a lo que realmente pagan.

Ahorrar en energía no es solo cuestión de bolsillos, también es un compromiso con el medio ambiente y por eso hay que usar el sentido común para ahorrar en la factura de energía también en Navidades, independientemente de que los números hayan estado a nuestro favor durante este año. Por el contrario, se trata de lograr lo mismo el año siguiente.

Cuidado con las iluminaciones navideñas

A todos nos encanta tener luces de Navidad en casa, pero hay que tener en cuenta que dejarlas encendidas toda la noche es un gasto innecesario de energía. Especialmente si eres de los que tienen una vivienda unifamiliar y pones luces en todo el jardín. A partir de cierta hora nadie va a apreciar lo bonita que está tu casa, así que mejor apaga las luces y vuelve a encenderlas al día siguiente cuando comience a oscurecer. Puedes hacer una excepción los días señalados por ser celebración.

Esto también ocurre en las oficinas. Es frecuente que se ponga una iluminación navideña muy bonita y que al salir nadie caiga en la cuenta de apagar dejándola toda la noche encendida para nada. Estas horas de consumo suman mucho a lo largo de todas las fiestas y más ahora que los adornos de Navidad se colocan durante más de un mes.

La calefacción, con control

Es verdad que la Navidad coincide con la llegada del invierno, con la noche más larga del año y con temperaturas generalmente muy bajas. Pero eso no justifica una calefacción muy alta cuando van a llegar a casa un montón de invitados que van a generar, por sí mismos, calor.

Caldea la casa si lo deseas pero un rato antes de que lleguen los invitados baja la temperatura para que todo el mundo esté a gusto, pero sin necesidad de cenar en Nochebuena en manga corta. El sentido común es vital para no acabar teniendo un gasto de calefacción excesivo y, encima, para no estar a gusto con la temperatura.