Para que la publicidad sea efectiva tiene que llamar la atención del consumidor. ¿Cuántos anuncios puede ver una persona a lo largo del día? Puede dar escalofríos conocer la respuesta, pero podrían ser decenas y decenas. Anuncios televisivos, anuncios en las calles, en los centros comerciales, en prensa y en Internet.

Por eso llega un momento en el que muchos se ponen una especie de filtro y son capaces de caminar entre todo tipo de reclamos sin que nada les llame la atención. Es una de las consecuencias de estar hiperestimulados durante todo el día.

Pero los publicistas suelen guardarse ases en la manga que les permita hacer que, incluso tratando de evitarlo, sus publicidades acaban acaparando la atención de las personas que las ven.

En ocasiones esto se hace con métodos muy modernos y última tecnología. Música o vídeos que comienzan a funcionar con un detector de presencia, anuncios personalizados en el ordenador en función de las últimas búsquedas etc.

Pero otras veces se trata, simplemente de recurrir a viejos trucos que se sabe que funcionan. Es el caso de la publicidad realizada en impresión lenticular 3d. Un sistema que todos disfrutamos de pequeños y que ahora ha conseguido ir más allá.

El sistema de impresión lenticular es muy básico. Proviene de aquellos cromos, posavasos y otros objetos publicitarios o de coleccionista que todos tuvimos de niños y que mostraban una imagen pero, al moverse, mostraban otra diferente.

Eran imágenes muy básicas, pero nos parecían casi mágicas y podían entretenernos durante horas mientras las mirábamos moverse. Ahora, el sistema es mucho más avanzado y las imágenes que se consiguen son todavía más impactantes.

En muchos casos parece que se salen del lugar en el que están impresas y es inevitable mirarlas para ver qué es lo que sucede cuando cambian. De paso, por supuesto, se recibe el mensaje publicitario que se pretende enviar.

El efecto 3D hace que parezca que la imagen tiene tres dimensiones cuando en realidad, es plana. En algunas ocasiones parece que se fueran a salir del marco en el que están, y para lograr acentuar esto se recurre a los troquelados.

Aún hay formas de enganchar a la publicidad a un consumidor que puede parecer harto de recibir más y más mensajes cada día. La impresión lenticular en tres dimensiones es sin duda un buen ejemplo de publicidad que, como dirían los ingleses, “atrapa al ojo”.