La publicidad es fundamental para las marcas, para los productos y también para los establecimientos en los que se venden. La competencia es mucha y conseguir que los posibles clientes se fijen en uno es un objetivo muy buscado.

Para conseguirlo puede recurrirse a muchos trucos, desde grandes campañas con anuncios en todos los medios hasta otras más pequeñas basadas en los regalos tipo imanes publicitarios o similares.

Solo las grandes empresas pueden optar a las campañas en todos los medios de comunicación, pero incluso el tendero más modesto del pueblo puede realizar una inversión en publicidad basada en este tipo de regalos, ya que los hay de todos los tipos y ajustados a todos los presupuestos. Y será un dinero muy bien gastado porque traerá a corto o a medio plazo más beneficios.

¿A quién no le gusta un regalo?

Es muy humano, a todos nos gusta que nos hagan algún regalo porque eso hace que nos sintamos valorados. Cuando un amigo nos hace un regalo sentimos que nos ha tenido en cuenta y se ha molestado en escoger algo que nos guste para dárnoslo.

Con los regalos publicitarios pasa exactamente lo mismo. Es una forma que tiene la marca de demostrar a sus clientes habituales que piensa en ellos y que les ofrece así una pequeña muestra de agradecimiento por su fidelidad.

Pero, de paso, el regalo también puede atraer a nuevos clientes que nunca habían comprado ese producto y que lo hacen atraídos por el hecho de que se les regale algo con la compra. Esta doble función del regalo, la de atraer nuevos cliente y la de fidelizar a los antiguos, hace que valga la pena invertir en campañas que los incluyan.

Mejor si son regalos directos

Hay muchos tipos de regalos. Los sorteos, cuando son de cosas de mucho valor, tienen cierto atractivo. Pero pocas personas comprarían algo por el hecho de que pudiera tocarles un viaje o un coche. Más bien participarían en el sorteo aquellos que ya iban a comprar de cualquier modo el producto.

Por eso, funcionan mejor los regalos que tal vez son mucho más modestos, como imanes, vajillas para casa, camisetas o juguetes pero que son instantáneos y directos. Se dan en el momento y la satisfacción es inmediata. Por eso, sus resultados son mejores que aquellos que te prometen la posibilidad de conseguir algo en el futuro, aunque dicho regalo tenga más valor.