sal marina

La sal marina hace tiempo que dejó de ser solo un condimento para las comidas. De hecho,  la sal marina cada vez tiene más usos y sus propiedades son aprovechadas cada vez más en otros ámbitos o sectores,

por ejemplo, para el deshielo en las carreteras, en la industria textil, para la limpieza, el cuidado y la cloración de las piscinas, o para aportar nutrientes a la comida del ganado, entre otras aplicaciones.

Pero estas no son todas sus aplicaciones, faltan todas aquellas relacionadas con la salud, y son muchas. La sal marina es beneficiosa para nuestro cuerpo tanto por dentro como por fuera. Si por dentro ayuda al sistema nervioso, favorece el desarrollo cerebral y evita problemas en la formación del feto, por fuera también nos obsequia con algunas ventajas, por ejemplo, eliminar la celulitis.

La celulitis o la piel de naranja son problemas que traen de cabeza a muchas mujeres, sean de la edad que sea. ¿A quién no le gustaría encontrar un remedio eficaz, barato y natural contra este problema? Bien, pues la sal marina puede ser la solución.

Los estudios científicos demuestran que la sal marina tiene propiedades muy beneficiosas para la piel. Entre otras cosas, contribuye a la hidratación y suavidad de la epidermis, elimina toxinas y combate la piel flácida.

Existen ya diversos tratamientos que tienen a la sal marina como eje central para el tratado de nuestra piel en general y de la celulitis en particular. Una de estas soluciones es hacerse una exfoliación de sal sobre las partes donde estemos aquejados de celulitis. Bastará con mezclar sal marina con aceite de oliva y aplicar la mezcla sobre la zona deseada.

Otra opción es eliminar la celulitis mediante baños de sal. En este caso llenamos la bañera y le añadimos entre 200 o 300 gramos de sal marina. Para que tengan efecto, debemos repetir estos baños de sal durante varias veces, al menos una o dos veces a la semana.

Por otro lado, es necesario señalar que la celulitis no desaparece de un día para otro y que no existe una panacea instantánea. Para obtener resultados hay que tener paciencia y ser perseverantes.  Y, sobre todo, tener claro que para que estos tratamientos funcionen los debemos combinar con una dieta rica y variada y con la práctica de ejercicio físico. Vuestro cuerpo os lo agradecerá por dentro y por fuera.