En España, las principales franjas de producción de la flor de sal se encuentran en el sur de la península y mantienen los procedimientos manuales de su recogida, siempre leales a una tradición centenaria.

Este mineral se forma gracias a las diferencias térmicas que actúan sobre las concentraciones de sal en las salinas. La flor de sal emerge del agua de forma natural, como escamas cristalinas, ya sea durante la caída del sol o sobre las primeras luces del amanecer. El instrumento para su recogida se llama «lousse», una especie de rastrillo sin dientes que los especialistas emplean de forma muy experimentada.

Flor de sal en Andalucía

Uno de los principales nombres en virtud de tradición es la Salina de San Vicente, en el municipio gaditano de San Fernando (Cádiz), fechada en el archivo de Simancas en 1871 como una de las tres salinas Reales, tras la desamortización de Madoz, expropiadas a particulares por el Estado.

En la provincia de Huelva, destacan las Salinas de Biomaris de Isla Cristina, en la punta costera española más aproximada al sudoeste, haciendo frontera con Portugal. La experiencia y el folklore en la recogida de la flor de sal es una característica importante para los recolectores que desempeñan ésta labor desde 1955.

En el golfo de Almería, en pleno corazón del parque natural de Cabo de Gata-Níjar, sobresalen las mediterráneas Salinas Cabo de Gata, de posible origen cartaginés. Gracias a su hábitat, éstas son las únicas que se mantienen en actividad en Andalucía Occidental con 40.000 toneladas anuales de sal exportadas al mundo.

Flor de sal en otras zonas de España.

La flor de sal en las Salinas de la Trinidad germinan en plena Reserva Natural del Ebro. Situadas en la punta tarragonesa de Banya (península de los Alfacs) y bordeando la playa del Trabicador, es la única salina de la costa catalana en compartir protagonismo con la de Sant Carles de la Rápita, para la elaboración de la conocida sal “Delta del Ebro”.

En Mallorca (Islas Baleares) podemos encontrar dos salinas importantes para la industria de este mineral. Una es la flor de sal Marbleu, en el pueblo Santanyí de S´Alqueria Blanca, al sur de la isla mediterránea. La otra es la llamada flor de sal d´Es Trenc, situada en el sudoeste de la comunidad autónoma y convergente a la playa virgen de Es Trenc.

Las Salinas de Janubio tienen, desde 1885, las sales más alejadas de la península española. Se localizan muy cerca del pueblo de Yaiza, en pleno archipiélago canario de la isla de Lanzarote. Estas sales forjadas en la naturaleza del Atlántico son un espacio natural protegido por la UE y ocupan alrededor de 440.000 metros cuadrados.